Estamos en la época de las redes sociales y pertenezco a varios colectivos sobre LIJ. Todos los días veo la pasión que despiertan los álbumes ilustrados. Algunos son verdaderos libros-joya, yo misma reseño muchos para este blog, otros sin embargo son sólo imágenes bonitas sin fondo y otros ni siquiera eso. La diferencia entre cultura y entretenimiento.
Puede ser que entre tanto álbum ilustrado olvidemos leer a los niños. Olvidamos que leer sólo texto es más abstracto pero permite al lector imaginar personajes, ambientes, situaciones... todo. Mientras, el álbum ilustrado orienta al lector en formas, colores y escenas. Estas imágenes pueden distraer al lector del sentido del cuento, de su significado. Por eso es para mi tan importante mantener esta línea de post sobre la tradición oral.
¿Para qué sirven los cuentos?
Los cuentos puede tener varias funciones: entretener, despertar la imaginación (y por tanto desarrollar la creatividad ), culturizar (hay cuentos de un altísimo valor literario) y por último enseñar con su ejemplo o moraleja.
Sobre la avaricia.
Para este post he elegido dos cuentos con enseñanza muy similares, en realidad son dos versiones de la misa historia.
Uno es de Grimm (desde la perspectiva de la esquiva felicidad), el otro es una versión de tradición oral y ambos tratan sobre la avaricia. Hay un tercer cuento que trata un argumento similar, "Los deseos ridículos" de Perrault, pero como no lo he leído no lo comentaré. Cuando tenga la oportunidad de leerlo editaré este post para opinar sobre su visión del tema desde una perspectiva del amor y la educación.
La enseñanza de estos cuentos es que si una persona es muy avariciosa, aunque al principio obtenga resultados beneficiosos, al final saldrá perjudicada.
El argumento.
Los dos cuentos tratan sobre una familia que pasa necesidades y a las que se les presenta la oportunidad de mejorar su situación gracias al favor de un ser sobrenatural.
El cuento de tradición oral se llama "Porrita componte" y está recogido en el libro de Elena Fortún "El arte de contar cuentos a los niños".
En él la familia que pasa necesidades le pide a San Pedro que mejore su situación. San Pedro les ofrece varios objetos mágicos que les proporcionan comida, ropas, etc y que les permitirá salir de su humilde situación. Pero la familia intenta aprovecharse del favor de San Pedro para perjudicar a otras personas y es entonces cuando reciben una cura de humildad y les devuelve a su situación anterior tras recibir un castigo.
El cuento de los hermanos Grimm se llama "El pescador y su mujer" y en este caso la familia recibe los favores de un pez mágico. El argumento es prácticamente igual, simplemente difieren en el tipo de deseos, pues aquí buscan poder absoluto hasta querer ser el mismo Dios.
Circunstancias socioculturales.
En ambos casos es la mujer la ambiciosa e instigadora y el marido quien se deja manipular de acuerdo a la cultura de la época. Sin embargo no soy partidaria de cambiar los cuentos para adecuarlo a la sociedad actual pues, en mi opinión, sería cambiar la Historia.
Mi elección
"Porrita componte" es más divertido y más recomendable para los niños, incluso para adultos.
Ambas tienen escenas que se repiten (pidiendo cada vez un favor mayor) y retahilas pidiendo favores pero en el caso de "Porrita componte" no sólo la historia es mejor sino que la calidad de la narración y las retahilas también son mucho mejores. Hay que tener en cuenta que los cuentos de Grimm son traducciones y no siempre están redactadas con tanto esmero como los de la gran Elena Fortún.
Espero que os haya gustado mi post y os recomiendo que consigáis este libro.
Si os hacéis seguidores recibiréis periódicamente mis posts sobre LIJ desde la perspectiva de un adulto.
Puede ser que entre tanto álbum ilustrado olvidemos leer a los niños. Olvidamos que leer sólo texto es más abstracto pero permite al lector imaginar personajes, ambientes, situaciones... todo. Mientras, el álbum ilustrado orienta al lector en formas, colores y escenas. Estas imágenes pueden distraer al lector del sentido del cuento, de su significado. Por eso es para mi tan importante mantener esta línea de post sobre la tradición oral.
¿Para qué sirven los cuentos?
Los cuentos puede tener varias funciones: entretener, despertar la imaginación (y por tanto desarrollar la creatividad ), culturizar (hay cuentos de un altísimo valor literario) y por último enseñar con su ejemplo o moraleja.
Sobre la avaricia.
Para este post he elegido dos cuentos con enseñanza muy similares, en realidad son dos versiones de la misa historia.
Uno es de Grimm (desde la perspectiva de la esquiva felicidad), el otro es una versión de tradición oral y ambos tratan sobre la avaricia. Hay un tercer cuento que trata un argumento similar, "Los deseos ridículos" de Perrault, pero como no lo he leído no lo comentaré. Cuando tenga la oportunidad de leerlo editaré este post para opinar sobre su visión del tema desde una perspectiva del amor y la educación.
La enseñanza de estos cuentos es que si una persona es muy avariciosa, aunque al principio obtenga resultados beneficiosos, al final saldrá perjudicada.
El argumento.
Los dos cuentos tratan sobre una familia que pasa necesidades y a las que se les presenta la oportunidad de mejorar su situación gracias al favor de un ser sobrenatural.
El cuento de tradición oral se llama "Porrita componte" y está recogido en el libro de Elena Fortún "El arte de contar cuentos a los niños".
En él la familia que pasa necesidades le pide a San Pedro que mejore su situación. San Pedro les ofrece varios objetos mágicos que les proporcionan comida, ropas, etc y que les permitirá salir de su humilde situación. Pero la familia intenta aprovecharse del favor de San Pedro para perjudicar a otras personas y es entonces cuando reciben una cura de humildad y les devuelve a su situación anterior tras recibir un castigo.
El cuento de los hermanos Grimm se llama "El pescador y su mujer" y en este caso la familia recibe los favores de un pez mágico. El argumento es prácticamente igual, simplemente difieren en el tipo de deseos, pues aquí buscan poder absoluto hasta querer ser el mismo Dios.
Circunstancias socioculturales.
En ambos casos es la mujer la ambiciosa e instigadora y el marido quien se deja manipular de acuerdo a la cultura de la época. Sin embargo no soy partidaria de cambiar los cuentos para adecuarlo a la sociedad actual pues, en mi opinión, sería cambiar la Historia.
Mi elección
"Porrita componte" es más divertido y más recomendable para los niños, incluso para adultos.
Ambas tienen escenas que se repiten (pidiendo cada vez un favor mayor) y retahilas pidiendo favores pero en el caso de "Porrita componte" no sólo la historia es mejor sino que la calidad de la narración y las retahilas también son mucho mejores. Hay que tener en cuenta que los cuentos de Grimm son traducciones y no siempre están redactadas con tanto esmero como los de la gran Elena Fortún.
"Porrita componte" está recogido en El Arte de contar cuentos a los niños, de Elena Fortún en Ediciones Espuela de Plata
Espero que os haya gustado mi post y os recomiendo que consigáis este libro.
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